Muy buenas a todos (los pocos) que me leeis, sigue lloviendo y aún tengo ganas de escribir más. Creí que no volverían esos tiempos en los que uno no para de escribir, pero parece ser, que sólo necesitaba esperar atento, al momento en el que saltara la chispa, y no dejar las palabras en mi mente. Ahora salen, solas, decididas, dispuestas a hacer llorar, reir. Por fin, después de tanto tanto tiempo, vuelven mis letras, mis queridas letras. ¿Qué males habrán pasado a solas, qué de infortunios? Pero tranquilas, ya estáis aquí de nuevo, en vuestra casa, con vuestro padre, ya no tenéis que temer nada, ya os protejo yo.
Y así respirarán el cielo azul, y cogerán para sí caladas de la vida, y poco a poco, hasta que sus formas se disipen vivirán dignas, orgullosas de ser quienes son. Y aunque a veces me sienta inseguro con ellas, ya me asegurarán con el tiempo, pues tanto aprendo yo como ellas, tanto ellas como yo enseñamos lo que aprendemos.
Poco a poco, sin prisas....
Y tú, que me lees, Alba, seguramente, gracias por pasarte por aquí.
Y tú que me lees, porque has seguido mis pistas: Bienaventuradas las que se atreven, porque de ellas será el futuro. Bienaventurados los que se atreven, porque ellos, no temerán al pasado.