sábado, 14 de febrero de 2009

Y...

Y cuando todo parecía oscurecer, pues sí, se oscureció. Las apariencias nunca engañan, somos nosotros los que nos engañamos, no lo olvidemos. Sin embargo, aunque oscureció, ¿quién dijo que eso era malo? La vida no puede, es maravillosa, y eso que conste que lo decimos sin compararlo con otra, luego tiene que ser maravillosa por sí sola, cosa de por sí maravillosa.
No es mi intención liar, sino hacer pensar un pelín, no más. Las cosas no son como están establecidas, las cosas se establecen día a día.
No más que decir, me despido.
Si queréis que escriba más, haced lo mismo, yo escribo, pero no aquí... luego...